Entre un trago de ron
y sus dedos delgados buscando el final de mi espalda. No me puede pasar
nada a la final es una noche más y el sonido de música que se escucha a lo
lejos no sé si es psicodelia o el sonido de mis entrañas que de vez en cuando
suelen jugar al amo y al esclavo. Se acerca la próxima lluvia de descarga y
tengo que correr al baño es su mano que ya no posa en la espalda, ahora intenta
entrar en mí, sutil y riesgosamente. No tengo miedo ni tampoco voy al baño, de
pronto su sonrisa pacífica me envuelve e ironiza mi mente. Quiero también
tocar, su cuerpo que en cada balanceo promete besarme, es solo una noche,
depende de mí extenderla ¿a favor de quién? Mejor no respondo eso y la duda
sigue alcanzándome como su boca en mi boca. Estoy viva, me siento viva, y creo
que mi mirada confusa también le excita, o no. Ahora me convertiré en otro
juego, no vive aquí, en dos días se va; me olvidará, ¡que mierda! no sé de qué
me preocupo si hasta hace cinco minutos creía que esto es pecaminoso y ahora no
quiero que me olvide. Estoy tranquila todo volvió a su normalidad, ahora sus
delgadas manos tocan el vaso, el índice lo remoja en el ron y lo introduce
lentamente en su boca, esto es provocante, quiero cambiar el escenario y probar
en mi cama el sentido opuesto de nuestros cuerpos, sin duda su sexo será
delicioso, ¿a qué sabrá? ¿A qué olerá? Creo que estoy atada a su cuerpo sin
haberlo tocado. Mi sexo se remoja y una línea dibuja un calzón que tengo, pero
hoy se me ocurrió no usarlo, es la libertad y ¿qué diablos es la libertad?
Palabra que sigo sin comprender y creo que al final de mis días, en el último
segundo del respiro podré darle un concepto a aquello, ahora no Helena, no nos
volvamos moralistas, cada vez que pienso en libertad recuerdo a la iglesia y
las restricciones, se me quita el deseo y la perversión. Me quedó con la mirada
fija en su entrepierna, quiero arrancarle todo lo que tiene puesto ahora mismo,
y si mejor vamos al baño, estoy excitada, muy excitada; tranquilidad Helena, la
piel puede esperar, no en realidad no puedo esperar, mi grieta está a punto de
explotar, adivinaste mi proceso, ahora mírame, estoy sin interior y sin
interior, el cielo tiene el infierno de sus ojos, imagino ellos enfrentando los
míos, estoy desesperada, esto es lento no a lo que acostumbro con hombres,
ellos quieren todo al apuro, y me he vuelto de esa forma, pero ella seduce, las
piernas las tengo dormidas esperando su boca en mi sancta sanctórum, así lo
denomino, es un misterio, suele latir y a veces los músculos se resisten, ahora
late a un ritmo que creo que mi vagina va a sufrir un infarto.