jueves, 28 de julio de 2016

Sin interior y sin interior



Entre un trago de ron  y sus dedos delgados buscando el final de mi espalda. No me puede pasar nada a la final es una noche más y el sonido de música que se escucha a lo lejos no sé si es psicodelia o el sonido de mis entrañas que de vez en cuando suelen jugar al amo y al esclavo. Se acerca la próxima lluvia de descarga y tengo que correr al baño es su mano que ya no posa en la espalda, ahora intenta entrar en mí, sutil y riesgosamente. No tengo miedo ni tampoco voy al baño, de pronto su sonrisa pacífica me envuelve e ironiza mi mente. Quiero también tocar, su cuerpo que en cada balanceo promete besarme, es solo una noche, depende de mí extenderla ¿a favor de quién? Mejor no respondo eso y la duda sigue alcanzándome como su boca en mi boca. Estoy viva, me siento viva, y creo que mi mirada confusa también le excita, o no. Ahora me convertiré en otro juego, no vive aquí, en dos días se va; me olvidará, ¡que mierda! no sé de qué me preocupo si hasta hace cinco minutos creía que esto es pecaminoso y ahora no quiero que me olvide. Estoy tranquila todo volvió a su normalidad, ahora sus delgadas manos tocan el vaso, el índice lo remoja en el ron y lo introduce lentamente en su boca, esto es provocante, quiero cambiar el escenario y probar en mi cama el sentido opuesto de nuestros cuerpos, sin duda su sexo será delicioso, ¿a qué sabrá? ¿A qué olerá? Creo que estoy atada a su cuerpo sin haberlo tocado. Mi sexo se remoja y una línea dibuja un calzón que tengo, pero hoy se me ocurrió no usarlo, es la libertad y ¿qué diablos es la libertad? Palabra que sigo sin comprender y creo que al final de mis días, en el último segundo del respiro podré darle un concepto a aquello, ahora no Helena, no nos volvamos moralistas, cada vez que pienso en libertad recuerdo a la iglesia y las restricciones, se me quita el deseo y la perversión. Me quedó con la mirada fija en su entrepierna, quiero arrancarle todo lo que tiene puesto ahora mismo, y si mejor vamos al baño, estoy excitada, muy excitada; tranquilidad Helena, la piel puede esperar, no en realidad no puedo esperar, mi grieta está a punto de explotar, adivinaste mi proceso, ahora mírame, estoy sin interior y sin interior, el cielo tiene el infierno de sus ojos, imagino ellos enfrentando los míos, estoy desesperada, esto es lento no a lo que acostumbro con hombres, ellos quieren todo al apuro, y me he vuelto de esa forma, pero ella seduce, las piernas las tengo dormidas esperando su boca en mi sancta sanctórum, así lo denomino, es un misterio, suele latir y a veces los músculos se resisten, ahora late a un ritmo que creo que mi vagina va a sufrir un infarto.