miércoles, 23 de septiembre de 2015

Coexistencia

Habita un gato gris dentro de mi
Arma un espionaje agresivo
No se detiene
y renace la apariencia;
 su inmundicia atrae como lluvia de invierno
Su piel y aliento detesta el refugio que creo
su luz odia la indigencia de la música
su necesidad es mi cruz.

Habita un gato gris dentro de mi
el no sabe que yo estoy muerto.


lunes, 21 de septiembre de 2015

Cacique de entretenimiento

Tu perteneces a mí,  lo repetía con dulzura a la damisela.
Y el corazón derretido por la luz de Leviatán helaba la propia alma del dueño de los dedos titubeantes.


Y la piel va con la letanía de respirar y los poros controlan las costumbres,
Ahora invade lo urgente
Ahora exhorta propina de miseria
Ahora las historias sin expiación acarician la puerta
Ahora la frigidez toma un  autobús.

Cuando las piernas abren se repite el alma inerte dando vida,
Va moviéndose
Va creciendo.


domingo, 20 de septiembre de 2015

L.E.A.I

El, amanecer de mis vigilias
El, principio de ensueños
El, final de mis noches de sudor
El, mundo de mi mundo recién dibujado
El, mi recuerdo y olvido
El, la lengua de los idiomas no hablados
El, las ganas guardadas de inviernos
El, hombre de lealtad y guardián de los sueños oscuros
El, raíz de lo inacabable y fortaleza

No intentes que nos llueva sobre mojado,
eres el génesis de amor,
mi amor verdadero.

La eternidad no sabe de nosotros
la impregnación de nuestras pieles quedan en sábanas y memorias,
los dioses envidian nuestra carne, somos su sacrificio,
pero Tu hombre de quietud,
de ilusión y a veces utopía...

Dejaste de ser Quimera, y eres mi libertad.

El club de las sombras

Hotel de madrugadas y desvelos.
El, ella,
empuja la maldición de fecundación incubada
y cuerpos rozándose buscan adjetivos.

Mudarme es el intento de la energía crónica
mas el imán de la pasión detonante
se arraiga
se encarniza
goza y fornica
en el baúl de la memoria.

Aquella silueta derribando las entrañas
de vez en cuando
de vez en cuando se anida y cohabita con la locura resucitada.

Danzo con mi sombra
Penetro con mi sombra
Gimo con mi sombra.

Alterno el ego en frenesís de mañanas y gitanos.



jueves, 17 de septiembre de 2015

Placebo nocturno

Ella observa el mar en la espera que una ola enfríe su tormento.
Ella sostiene un libro y arroja el sentimiento por la ventana.
Ella escucha melodía y suspende a Cerati en el fondo del blog.
Ella habita en la locura y la serenidad la visita en abril.
Ella contempla la nostalgia y Judas la besa.
Ella la salamanquesa de la anarquía
Ella el adiós
Ella, tú.

Maquillaje socialista

La niña apresurada corre al baño, observa el reloj y ya es tarde; el transporte público la recogerá en cinco minutos, la madre con estruendosos gritos hostiga a Belén; la noche anterior había aniquilado sus neuronas con mensajes de chat, sus compañeras de colegio la animan a que su próxima aventura tenga el sello de su boca. En el bus, Belen recuerda al ladrón de su alma, sabiendo que a pocos minutos lo tendrá frente a frente.
Llega al colegio, y  la rutina no desaparece, timbre, noticias, cantos...directo al aula.
En la clase de belleza, Belén aprende a maquillarse, en sus grandes  ojos un brillo natural despierta la mirada del joven que pasa y la observa extasiado, atorado de palabras que no saldrán de su boca, simple timidez heredada.
Las última hora llega, la profesora de Historia, Belén atosigada por el calor del día, solo escucha que el país en que vive es el pueblo del nunca jamás; todo puede suceder.
-¡Qué pereza! Adriana cuantos minutos faltan?
-Falta un minuto.
-Libertad. Contesta Belén

La campanilla suena y las criaturas acogidas por su manifiesto libertad, corren. Belén se despide de sus amigas y mira de reojo a su corazón con piernas, el se despide a lo lejos; un día mas sin hablarle lamenta internamente Belén.
Su padre la está esperando,era su día libre y tiene a disposición un carro  de la empresa, ella lo abraza y avanza  al auto de su papá mientras el conversa con una de las maestras.
Lo que sucede después Belén jamás lo olvidará; un carro cruza por ella y cuatro hombres le gritan,exigiéndole que suba, ella hipnotizada y estática queda, es un sueño, piensa; su padre corre , espanta a los hombres y ellos desaparecen como la luz del sol.

Belén llora, su padre extiende sus brazos y gime con ella. El desgarro y la impotencia exhalan sus voces, sus cuerpos tiemblan y las miradas se pierden en el rencor absoluto.

Cada día una propaganda indica que todo esta bien, que este es el país con la gente mas feliz del mundo, pero la objetividad de esta acción es otra; Belén iba a ser una más de las estadísticas de la trata de blancas.



lunes, 14 de septiembre de 2015

Avenida del simulador y titiritero

El imperativo de palabra aprobó tu ser tirano
y la magia dejo de ser fonema
de ser ideal
de ser placer
de ser dios.

La conjugación de tu poder acabó en el pasado
tus letras huyeron a la cárcel de otro,
y mientras el color vagabundo curva el camino
tu vida pierde gobierno.

Sideral reducido morirás
nadie te recordará,
solo el comediante e impostor conducirá tu féretro.

Tuviste tus quince minutos de fama.



Prólogo de los convictos

Las criaturas corren en el patio. Obedecen al sonido del timbre, la misma rutina y payasada  programada. Es lunes y todos cantan el Himno Nacional, no saben la letra de la canción, mas disimulan gesticulando. La escuela es una mierda  y Eugenia lo sabe.
La retrógrada sabia impone un sistema, en el diario vivir imagina sus historias y en el mágico sueño presiente que los aprendices entienden; el hastío es tal, que ellos esperan que llueva granizo para acabar con su tortura. 
El suplicio continúa y el pellejo de Eugenia se va debilitando, su caudillo rancio, vomita las últimas palabras y terminan todos en un canto apagado la carcajada de todos los años.
Eugenia desaparece en el recuerdo y olvido santo, mientras las criaturas avanzan a sus aulas, aguardando una esperanza al final del día.


domingo, 13 de septiembre de 2015

Inyección de Arlequín

Era un país con la ingenuidad en la piel, zapatos devorados, payasos de etiqueta y pedazos de alucinógenos en callejones oscuros. Dentro de ese callejón había una casa y dentro de esa casa  una mujer mirándose en el espejo. En el reflejo que la luna irrumpía, las lágrimas brotaban, no como manantial, sino como pedazos de sal que van rodando por su mejilla y no encuentran fin. Eugenia se sienta en la cama y se dice a sí misma que será la última vez.
Prende el televisor y la pantalla está dividida, cambia de canal y hay un títere en cada noticiero; es la hora, es el día, es ella. Los bufones son incansables y van perdiendo memoria, van fornicando papeles.


jueves, 10 de septiembre de 2015

Diálogo breve con un alcohólico


I
Aquí yace un hombre con vida
en el destierro que corona su propia alma
mientras en el callejón llueve a primavera.

El bastardo mira al padre que pierde el reloj y su juventud
es la calle
es la secundaria
es el barrio
II
¡La tranquilidad llega en un traje psicodélico!

El infame se asila en el sillón y
el mar de vodka ahoga el coma pronta en venir.

III

El cuartel de los minutos arrugan tu ser,
alimentas a los pájaros con los retazos del olvido que abandonaste en la cama,
pierdes el artificio que embrujó tu mensaje,
y la noche de premiación estropeas el trofeo.

Tu mujer se envicia con el antifaz que la obligaste a usar,
te odias
te hieres
te excitas

La velocidad muere en el musculo ahogado que sacudes con tu mano.

IV
El fantasma invade el cristal de todos los santos y
esperas que la garra de seda aguarde el payaso de su bolsillo.




martes, 8 de septiembre de 2015

Asesino de ética ritualista

Las artimañas de piel dudan de la ociosidad de mente,
mientras el resto de tu cuerpo se ordena
de los sabores infinitos,
y los huesos descansan en el ángel patriota.

Tu alma lejos de la suavidad
despierta los órganos secos
de una eterna piedad insalubre
de un agotamiento que nunca llegó
de la herejía ausente.

El carbón se enciende dentro de tu chimenea y dispara.

Lejos una sábana envidiosa evapora el accidente,
televisor marca llantos y  drogas
ruidos callejeros aproximan despedida,
lamentos de solfeo oprimen el vientre y las llagas.

El asesino percibe al mártir y la ceremonia se ha consumado.


lunes, 7 de septiembre de 2015

Conciencia del líquido guía

Todas las convulsiones juntas,
dolorosas en el unísono ardiente
de la frialdad pasajera
 donde las sábanas diáfanas alojan los sueños.

Rostros esparcen oscuridad y en la mesa llueven juramentos.

Convenio tóxico y hadas viven en el suero de la mentira,
mientras el bar de los sueños rotos riega fuidos de amor.

Vapores exhibiendo manos esqueléticas
y el orgasmo escondiéndose en la sombra.


Adolescencia

Anido a mis asesinos en las gavetas:
donde guardo el corazón
los cumpleaños no celebrados
 maletas que nunca viajaron
direcciones sin alpiste
lágrimas que se abrigaron
vergüenzas de padres
alas que jamás surcaron
ahogos matinales
amparos de damisela
guerras de mesalina
pellejos de fariseos
duendes asustados
espinillas imborrables
exilio de intervalos
kamikaze antiséptico
 suicidios olvidados.

La resurrección es la próxima muerte.



domingo, 6 de septiembre de 2015

La casa de la carcajada


 Todos sabían que en aquel país rodeado de caos, una vez que entrabas a la denominada La casa de la carcajada, tu futuro no solo era incierto, sino serías parte de la historia.
Rubén, un joven deportista de estatura baja, gran barba y ojos rasgados entrenaba béisbol en la capital, no era algo que le apasionaba, pero al menos era su escape de la realidad que sofocaba el ambiente y flotaba en el aire.
En las noches, Rubén cambiaba su nombre por Felipe; el grupo de amigos eran intelectuales, izquierdistas, castristas. Jóvenes llenos de esperanza y de un dolor que oprimía sus pechos cada vez a leer las noticias de muchachos que de la nada sus cuerpos ya no eran parte de este mundo, talvez nadaban en algún lugar del pacífico.
Mientras leían El manifiesto comunista de Karl Marx, un ruido los levantó de su lectura concentrada y como instinto de supervivencia, corrieron al fondo más oscuro de aquel cuartucho. Entraron ellos, los hombres vestidos de verde y gritaron el nombre de Felipe. En un minuto este joven vio toda su vida, salió del escondite y se paró frente al militar, con esa mirada desafiante que solo los guerreros saben lanzar, sin temor alguno respondió: Yo soy. ¿Qué quieres? Te queremos a ti, respondió el hombre.
El camino parecía ser largo, el carro donde iba Felipe no se detuvo en ningún momento; de pronto la carretera se convirtió en un sendero de piedras, eso creía, ya que una gran funda negra cubría toda su cabeza y no podía ver su alrededor. Pensó en su madre, lo estaría esperando con una sopa caliente, una lágrima rodó por su mejilla, sintió una punzada en el estómago.
El auto se detuvo de golpe y lo bajaron a Felipe mientras insultaban sus ideales, rebajaban su lucha; que le digan indio no le molestaba, pero que su inteligencia sea menospreciada, claro que sí.
A lo lejos, escucho unos quejidos y mientras se acercaba, más claro escuchaba, eran gritos de dolor, nostalgia, miedo.
Un hombre le dijo: Bienvenido. Felipe alzo su rostro, ya sin la funda en su cabeza, lo miro a los ojos y le entregó una cadena donde estaba la cara de Lenin; el hombre lo escupió y pidió que se lo llevarán.
Felipe camino por ese pasillo mugriento y apestoso, siguió los gritos, las lágrimas y en medio de todo eso su ser se desvaneció como humo de cigarrillo en el sol.



Acróstico al tiempo.

Hay una mujer en la ventana
amparándose en Satán,
 mientras su alma corre en el  vacío del peatonal,
dama vieja de minutos y esperanza.

Cierra su boca y llama la noche.

La mano arrugada y los dedos perdidos en mar de vientos,
dentro del adiós urgente
de alguien que dijo que volvería
acaricia la luna.

Practica su paciencia
su discurso
su canción

Matar a la golondrina es lo que desea
dolor
en las ventanas y prisiones
porque el mundo es una cárcel
y yo tengo las llaves, piensa.

Una vieja canción pierde su mirada,
 la hoja meciéndose en el suelo
avisa el invierno.


viernes, 4 de septiembre de 2015

Virgilio en el olvido de Dante

Eres el duelo que no llega
la nostalgia que mezclas con torpeza y pasión.

No imaginas el final de las causas extraviadas
mas el cuadro de tu mente reina desdicha,
desdicha que la necedad hace honor
y la voluntad entre tus piernas
despierta.

¡Fin, la miseria humana derramada en nevado!

Instante ufano y radiante,
de hojas pálidas que bañan tu derrame corporal
donde el gusano carcome tu placer lentamente
y el ruido
¡oh ruido de entrañas!
 Fuga el grito que tanto ata tu ser.

El sol engendra la verdad contraria
y tu navegas entre neurosis de almohadas baratas.

Eres el hombre sin amnesia
Eres el disoluto purgatorio.


jueves, 3 de septiembre de 2015

Quilombo

Algunas veces escuchas voces,
voces de orgullo roto,
de pasos que no hallaron libertad,
de corazón flojo.

Inspección bilateral de la magia disponible,
recuerda las cálidas manos lejos,
lejos del hogar,
mientras la luna viaja al aposento.

El espejismo se llena de creencia
y Quilombo de las caídas
sugiere viajar con tu soledad.

El mulato honra tu vida dentro del caos
y te adormece en iniciación.


La ira de Iemanyá

Hay un niño en el mar
buscando un adjetivo que lo salve,
Un amparo de zonas clandestinas
un hogar con luna y estrellas.

Recuesta su juicio
en la desesperación de su madre
Abrigo cardinal de noches civiles.

Barquito de papel deshace su marcha,
se esconde la salvación, se disipan los disparos
No hay suplicio, se extiende el sigilo.

En la orilla


Iemanyá aborrece la ofrenda humana

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Apología del no balada

La cárcel convirtiéndose en mujer
mujer devorando cenizas de serpientes
serpientes juiciosas, ardientes de salón.

Mordisqueas mentiras
mientras tragas insistencias de tabúes,
y en la habitación purgatoria del vicio
el vino desinfecta el núcleo bomba del cautivo.

El oportuno pregunta por ti
mas el desconsuelo inunda tu cama,
 la piedad te concibe,
mariposas de razón converge tu naturaleza
Mujer magnética.


Jamas tu mitad encontrará donde esconderse


martes, 1 de septiembre de 2015

Fumador de hachís

El asesino fijo en el parque espera el rumor
acelerando el corazón al son de la lluvia ácida.

El trofeo se aproxima y el tiempo hace repertorio
confía del imposible,
pero el riesgo responde sus hormonas
herencia de su padre.

No hay fortuna, solo azar
para el pirata piadoso

La dama de la aldea
le escupe el anzuelo,
araña su dorso
recrea su pasado en el.

La pesadilla ruega huir de sus sesos
mas él es la sombra del sístole que maneja
la víscera de la savia de sus pies.

 Convenio tirano rinde sumisión y sadismo.