Después de esa noche no la he vuelto a ver. ¿Qué esperabas
Helena? Que te dejara su correo y su correspondencia? Mientras mayor la
lumbrera menor el encanto, la desesperanza de la nostalgia. Y si le escribo para
intuir sus ganas o aun su deseo. Esa noche que lo hicimos me sentí confundida,
después de haber sentido que su boca no solo saboreo mi vagina, sino que fue subiendo por mis
estremecidas tetas, al llegar al supremo orgasmo me pregunté si era lesbiana,
toda mi vida cogiendo con hombres de distinta procedencia, llego a ella; en mi
cama éramos diosas, aspirándonos el
torso, arrastrándonos en el fondo de la cama solo para conseguir más impulso
con el ron que ya estaba caliente como mi cuerpo. ¿Soy lesbiana por sentir
tanto placer de ella? Para no sentir remordimiento creo que estaré con un amigo,
no será el mejor revolcón, pero saldré de esta duda que me atormenta.
Por enésima vez reviso mi celular y no encuentro mensaje de
ella, tampoco es que quería una relación, pero es su boca la que quiero entre
mis piernas, mientras con la otra mano subía hasta mi boca para simular que me
tragaba un falo, ese dedo que minutos más tarde la introducía levemente en mi
entrada sagrada, en mi vagina ya infartada y derramada, e introducía sus cuatro
dedos. Tienes una vagina grande, me dijo esa noche, sonrío y me besó. ¡Qué
mierda! Hablo como enamorada, y no puedo estarlo. Creo que es mejor que se haya ido,
nos evitamos los protocolos y el llámame.
Lo que hago últimamente es perverso, diabólico, ¡oh no la iglesia nuevamente!, el diablo está contento y el forma parte de la
iglesia, así que diablo siéntete dichoso, he visto pornografía de mujeres
deshaciendo el amor, es delicioso cuando veo sus cuerpos y yo cogiéndome con
los dedos.