jueves, 11 de agosto de 2016

Diosas



Después de esa noche no la he vuelto a ver. ¿Qué esperabas Helena? Que te dejara su correo y su correspondencia? Mientras mayor la lumbrera menor el encanto, la desesperanza de la nostalgia. Y si le escribo para intuir sus ganas o aun su deseo. Esa noche que lo hicimos me sentí confundida, después de haber sentido que su boca no solo saboreo  mi vagina, sino que fue subiendo por mis estremecidas tetas, al llegar al supremo orgasmo me pregunté si era lesbiana, toda mi vida cogiendo con hombres de distinta procedencia, llego a ella; en mi cama  éramos diosas, aspirándonos el torso, arrastrándonos en el fondo de la cama solo para conseguir más impulso con el ron que ya estaba caliente como mi cuerpo. ¿Soy lesbiana por sentir tanto placer de ella? Para no sentir remordimiento creo que estaré con un amigo, no será el mejor revolcón, pero saldré de esta duda que me atormenta.
Por enésima vez reviso mi celular y no encuentro mensaje de ella, tampoco es que quería una relación, pero es su boca la que quiero entre mis piernas, mientras con la otra mano subía hasta mi boca para simular que me tragaba un falo, ese dedo que minutos más tarde la introducía levemente en mi entrada sagrada, en mi vagina ya infartada y derramada, e introducía sus cuatro dedos. Tienes una vagina grande, me dijo esa noche, sonrío y me besó. ¡Qué mierda! Hablo como enamorada, y no puedo estarlo. Creo que es mejor que se haya ido, nos evitamos los protocolos y el llámame. Lo que hago últimamente es perverso, diabólico, ¡oh no la iglesia nuevamente!,  el diablo está contento y el forma parte de la iglesia, así que diablo siéntete dichoso, he visto pornografía de mujeres deshaciendo el amor, es delicioso cuando veo sus cuerpos y yo cogiéndome con los dedos.