En mi reloj sin minutos,
donde los adornos del coma y puntos suspensivos,
ocultan los segundos en las voces que pronuncian tu nombre.
Se hallan olvidadas las palabras:
cuando el espejo de mi pellejo
consuela el veneno enemigo
mientras los labios invitan una copa.
Se hallan olvidadas las palabras:
Cuando son reemplazadas por el gemido
en el huracán que arrastra hacia el lecho
donde no hay gaveta para el latín.
Esas palabras,
las olvidadas
se disfrazan solas.
"Esas palabras, las olvidadas, se disfrazan solas"... me gustó mucho el final...
ResponderEliminarGracias!
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