jueves, 9 de julio de 2015

Monotonía

- ¿Te pasa algo? – Me pregunta Gerardo, mi novio
- No, solo estoy un poco cansada- le digo
- Sabes tengo hambre ¿puedes prepararme algo?
Más triste que cansada le contesto:
- Ok, te preparare ensalada de  atún. – con mi cara de fatiga le digo.
- Siempre tengo que estar indicándote que me cocines algo, hasta cuando Cristina tengo que decirte lo mismo, es tu deber todos los días hacerme la merienda.
- Siempre te preparo la comida, pero resulta que yo estoy cansada, trabajo duro para tener lo necesario aquí en la casa. - dije
- Pareces mártir, como si te estuviera esclavizada,¿ no puedes hacer una simple comida? Con cara de arrogancia me dice.
Él va al cuarto, a doparse con la televisión basura, mientras fuma un cigarrillo: Eso es señal de enojo, lo conozco.
Voy a la cocina, dejo mi celular en el mesón, prendo la grabadora y coloco un cd de Pablo Milanés. Mientras corto la cebolla, pensando en cómo me encantaría que este inútil que tengo como novio  desaparezca, y así yo sería libre como las aves, vagaría como los perros y encontraría el rompecabezas que me hace falta.
A los pocos minutos escucho pasos y es el, ahora husmeando mi celular.
- Quien  es ese tal pablo  que te escribe en el Facebook?
- Es mi amigo de quito, ya te había hablado de él. Le contesto.
- No sé por qué me ocultas esto
- Te oculto que Gerardo?
- ¿Quién es Guido? ¿Porque te escribes con hombres?
- ¿Qué tiene de malo? -Enfadada le pregunto.
- Me estas ocultando algo Cristina, seguro andas con alguien- me dice
- Que tontera Gerardo, no ando con alguien, ¿Quién crees que soy?
- No sé, de repente se me ocurrió que andas con alguien – me dijo
- Deja tu imaginación para otras cosas, que ahí si te hace falta.
- Me estás diciendo impotente.
- Interprétalo como tú quieras.
Gerardo sigue husmeando en el celular, buscando algún indicio de que ando con alguien. Lo observo, con las ganas de cogerle mi celular y estrellarlo contra la pared, pero me detengo tontamente.
- Me fastidia que hagas esto Gerardo.
- ¿Qué me ocultas algo? Porque el que nada debe, nada teme.
- Metete esas frases donde más te entren, te tiras a inteligente, y no tienes ni un centímetro de serlo- indignada le conteste
- Ah, eso me dices ahora, me tratas de burro, ¿Porque no decías eso antes? ¿Cuándo te hago el amor porque no dices eso?
- ¿Porque siempre tienes que meter el sexo a la conversación? – le pregunte
Entretenido en mi celular, y sin responder mi interrogante, su rostro permanece arrugado como una blusa mía sin planchar.
- Me habías dicho que a este man lo habías eliminado.- me dijo el muy cínico
- ¡Ya párale! ¡Deja mi celular! Estoy hostigada.
- Y yo ya estoy arrecho de tanta vaina.
- ¿Y no estas arrecho de joder siempre con este tipo de cosas?
- ¿Desde cuando eres grosera?
- Desde que te conocí, desde que me dejo de importar guardar la compostura, frente a un sujeto como tú.
- Ya pues, si soy tan malo contigo, ¿Porque no me dejas?
- Falta no me hace.- le dije por último.
La música se detiene, dejo de cocinar, agarro mi cartera, meto el monedero. A lo que voy a cerrar la puerta escucho su hipócrita voz:  - ¿Adónde vas? Me pregunta. Yo cierro la puerta sin responder, de un solo golpe y me marcho sin rumbo, pero con la certeza de que no regresaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario