domingo, 30 de agosto de 2015

Agujeros diabólicos

En el iris caballeresco de las tinieblas
habita soledad
soledad déspota
soledad aniquilada
por la polifonía de retinas alucinantes.

El danzarín despoja su piel,
el vals tienta sus sábanas,
mas ella contempla
su muerte al revés.

El curioso divisa
entre la cortina y su masturbación
La mentira que crece entre sus piernas.

La desposada compañera
explora y fisga
a la musa que invade
y absorbe las células testiculares del marido.

Las pupilas despiertan en las fronteras
en el diccionario del vicio.

Mas en la ceguera de la siesta
presagia estas memorias.


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