sábado, 8 de agosto de 2015
Extremaunción
La locura alienada que se entreteje en la esquina del bar
es la duda sumada a la respuesta de un declive de adoración.
La piel y sus centímetros que despiertan con el roce cual mariposa
aleteando, dejando sus colores en los dedos consagrados, del misterioso
ser que sobrevive a la dialéctica equivalente de la noche
donde bebió del agua prohibida.
Mágica doncella, poseída por las garras de otro, desolando su existencia
te detienes ante el émulo y tu iris no miente.
El adversario, atraviesa tu gusto, no pierde rastro de ti
mas la dama, empuja tu alborozo
a la cima de la nube posees su piel
tu designio no calumnia, pero fábula y clarividencia
desgarran tu destierro.
Tu romance estalla, cruel sinfonía.
Pides la extremaunción, mas el óbito no asiste a tu aposento,
la gárgola llega y se estaciona en el buró de libros olvidados.
Te reflejas en otras pupilas,
hallas la nada, el desierto lleno de crepúsculos y fuegos.
Eres el esclavo de sentimientos inexistentes.
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